De Ana Frank a nuestros días.

Así se titula el concurso literario que ganó Lara Rojas Matas (3ºA), alumna de nuestro colegio. Pude participar en la entrega del mismo, realizada en la casa de Ana Frank de nuestra ciudad. Me impactó fuertemente la presencia y el testimonio de Nanette Konig, que fuera compañera de Ana en el liceo de Ámsterdam (octubre de 1941) y que posteriormente la reencontraría en el campo de concentración de Bergen Belsen. Había algo muy digno en su modo de narrar las atrocidades cometidas por los nazis: dolor trasmutado en servicio a la justicia; su gesto afable pero lejos de la sonrisa lisonjera. Sólo un detalle de su relato de habitante del campo de concentración: cuando había comida en Bergen Belsen, se trataba de pan; de vez en cuando, acompañado con un poco de nabos. Cuando los ingleses liberaron el campo, después de la primera comida, muchos murieron al excederse por la desesperación de la ingesta...

Lara viajó a Ámsterdam el mes pasado, como parte importante del premio; posiblemente nos pueda transmitir algo de su experiencia proximamente. Mientras tanto, en el San Francisco, convencidos de que los bienes sociales y culturales previenen a la juventud de alienar su libertad, tratamos de educar en la construcción de sentido. Ana Frank, en medio del horror, nos ha transmitido esta convicción de las posibilidades del ser humano de trascender y comunicar un mensaje, aún en medio de su encierro.

Gracias, Lara, por tu compromiso con la creatividad y la aplicación al estudio; gracias a Graciela Diano y los docentes de Lara y sus compañeros por la calidad del trabajo de cada día.

Pablo Giachetti, Director

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